martes, 22 de noviembre de 2011

¿Una bonita Mujer o una Mujer bonita?

Estoy segura, que lo primero que estás pensado al leer esta pregunta es: ¿Acaso no es lo mismo? Bueno, quiero invitarte a pensar que quizás no lo sea. Quiero, sin embargo aclarar que este no es un tratado, sobre la belleza. Al contrario, es sobre la confianza… ¿te animas a leerlo? La belleza, es quizás uno de los temas, que como mujer nos obsesiona más. Nos gusta vernos, y sentirnos bonitas. Por eso colocamos cientos y cientos de fotos en facebook, buscando los mejores ángulos y atributos, lo que se puede traducir en una minuciosa selección de fotos, antes de subirlas, no sé si esto pasa con los hombres, pero creo que la mayoría, no son muy autocríticos, aunque creo que algunos deberían empezar hacerlo. Las mujeres hacemos todo lo posible, por atraer, porque intrínsecamente al captar atención, nos sentimos admiradas, y respetadas y por consiguiente realizadas. Y la única forma de conseguirlo es a través de la belleza. O por lo menos eso es lo que día, a día, nuestra sociedad nos dice. Y no voy a ir muy largo, con esto, de los medios de comunicación, y todo lo que estamos acostumbrados a oír, porque sinceramente es muy hipócrita hacer esto, echarle la culpa a la tele, o a las revistas, cuando nosotras mismas, con nuestras mismas palabras criticamos y bajamos la autoestima a otras mujeres. “Mira, pero que hermosa que estas’’, “hay, pero mira esa pancita”, “no siguas comiendo” y un sin número de comentarios, que si sos mujer estoy segura que has escuchado. Algunas personas piensan que las mujeres nos vestimos para los hombres, sin embargo pienso que es al contrario, lo hacemos más para el ojo crítico de nuestras amigas y vecinas, que para los despistados de nuestros novios, quienes, aunque te pongas tres colores en el pelo nunca lo van a notar, o nunca van a poder diferenciar entre el rosado pálido, rosado encendido y fucsia… solo hay un color para ellos. Las mujeres somos así, nuestro concepto de autoestima se basa más en la apreciación de otros que en nostras mismas, y creo que es ahí donde nos equivocamos. ¿Esta mal ser bonita? No, no lo creo, ¿está mal darte un espacio para demostrar tu femineidad? Tampoco, lo que está mal es que nuestra belleza dependa de lo que los demás opinen. Y eso me lleva a hablar sobre el hecho de ser una bonita mujer. Recuerdo que en la universidad conocí a una muchacha que cautivaba el solo verla. Me encantaba oírla hablar, podía estar diciendo la tontería más grande del mundo, pero vos podías creerlo. Cuando llegaba a un lugar, simplemente era el centro de atención, poseía una fuerte y servicial personalidad. Simplemente era una líder. Todos queríamos hablar con ella para pedirle un consejo, porque aunque no lo supiera todo, por lo menos te hacía sentir comprendido. Con un buen sentido del humor, donde hubiera un evento académico y social importante en la universidad, sabias que ella estaba al frente de todo. Simplemente no pasaba desapercibida. Para mi ella era una bonita mujer, una de esas mujeres que te da ganas de imitar, su desenvoltura, su entereza de carácter, su alegría. Ahora, bien ¿era una mujer bonita? Para algunos no. Pero para la gran mayoría, eso era secundario. La belleza es un canon, muy relativo. Varía de sociedad, en sociedad, de país, en país, de cultura en cultura. De época en poca. Pero no podemos negar que siempre van existir personas que nos van a ganar el corazón. Esas personas generalmente decimos que son Atractivas, porque hay algo que nos atrae de ellas. No son personas vacías. Una reciente investigación sociológica de una universidad de florida, EEUU hizo un estudio sobre la importancia de ser una mujer bonita en la vida, y como esto influye en el éxito profesional. Y al resultado que llegó fue el siguiente: “Es muy factible que las mujeres bonitas que han construido seguridad y habilidades sociales aprendan también lo que otras menos bellas han aprendido puntualmente sobre una labor específica (hacer un cuadro de Excel, por poner cualquier ejemplo), mientras que es poco probable que las personas que tienen baja autoestima sean capaces de desarrollar las habilidades sociales y la seguridad de una "bonita". La clave entonces no está en la belleza, sino en la seguridad”. Conclusión: Debemos ser bonitas. Pero no las bonitas de portadas de revistas, sino mujeres que desarrollan confianza en sí mismas, que creen en sí mismas, que se respetan a sí mismas, y por ende que desarrollan habilidades sociales en su medio, que les permite ser más exitosas. Si hay algo, que el maquillaje, ropa, estilista, cirujanos no le pueden dar a una mujer es la confianza. ¿Y si nunca podes mirarte al espejo y confiar en esa persona que ves reflejada, de que sirve todo eso? ¿Por qué, dejar que sea otra persona la que determine si vales la pena?

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