
Actualmente Nicaragua está atravesando por crisis de todo tipo, pero la peor de todas es la escasez de agua. Aproximadamente el 42% de las fuentes de suministro de agua no poseen suficiente cantidad de liquido, especialmente durante la estación seca de Noviembre a abril. Asosca abastece solamente el 14.20% del agua bombeada. La situación se empeora en el sector rural, ya que aquí es común que el agua llegue, por medio de bombas de agua manuales de mecate o malacate, desde donde se puede acarrear el agua a las viviendas. Muchas familias tienen que pagar por un balde de agua una gran cantidad de agua al día.
El problema está empeorando cada día. Los cortes de agua, se prolongan días y hasta semanas en algunos sectores rurales fuera de la capital. Ante todo esto es triste mirar como las autoridades de nuestro país no hacen nadad al respecto, prestan atención a cosas, que no le interesan el más mínimo, a las miles de personas, que tienen que pagar para poder tener agua en sus hogares. También es triste mirar como nuestros principales medios de comunicación no le dan la debida importancia a este problema, que está tomando enormes magnitudes.
Es momento de tomar conciencia, primeramente que la falta de agua no es un solo problema nacional, sino también mundial. Según la UNESCO el 40% de los habitantes del mundo actualmente no tienen la cantidad mínima necesaria para el aseo básico. Un 1.3 billones de seres humanos, de acuerdo a las NACIONES UNIDAS, no tienen acceso a agua limpia., y mas de 2.2 millones de personas murieron en el año 2000 por enfermedades relacionadas con el consumo de agua contaminada. Hoy en día existen 32 países con problemas serios de agua potable.
Los expertos predicen una crisis de agua, extrema en unos cuantos años más y ante esta situación las miradas, ya no estarán en el petróleo, sino en el nuevo petróleo azul: el agua. Como nicaragüenses debemos tomar conciencia y ser más responsable del uso de agua que hacemos. Seamos parte de la solución y no del problema. Con pequeñas medidas de ahorro de agua, podemos contribuir a una mejor distribución del agua; pero además debemos exigir una respuesta a las autoridades competentes. Este problema del agua debe estar en agenda nacional y no solamente en el discurso académicos de algunas instituciones preocupadas por el medio ambiente.
Juntos podemos encontrar soluciones prácticas y accesibles a este problema; que promete agravarse cada día más. Debemos proteger y cuidar la riqueza más grande que puede tener nuestro país: sus aguas.
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